martes, 3 de noviembre de 2020


En estos tiempos de zozobra y crisis global (ecológica, sanitaria, social y económica), ser testigos de la continua degeneración de la democracia en los EEUU no deja de producirnos a muchas personas de este mundo auténtico desconcierto y un cierto miedo. Cuando no un enorme enfado por las millones de personas asesinadas por las guerras, abiertas y encubiertas,  que gobiernos norteamericanos han provocado y liderado en América Latina, África y Asia, con el subterfugio argumental de llevar su "democracia y libertad”, cuando lo que en realidad defendían era el control geopolítico de los recursos naturales y mercados de esos países y regiones o, lo que es lo mismo, #MakeAmericaGreat!.

Mientras la #Agenda2030 de Naciones Unidas como pacto global e internacional sitúa la gobernanza y la democracia participativa como claves para salvar el Planeta, vemos con estupor que la calidad democrática #USA se ha ido deteriorando a pasos agigantados con #Trump: racismo, xenofobia, mentira institucionalizada, acoso agresivo a los medios de comunicación, control del Tribunal Supremo. Para no detallar los múltiples mecanismos de dudosa talla democrática: elección no directa del Presidente sino por el Colegio Electoral cuya elección de compromisarios está basada en un diseño sesgado de las circunscripciones electorales; un sistema jurídico profundamente conservador, con un Tribunal Supremo con gran poder definitorio del sistema político; un bipartidismo que suele responder al dictado de las grandes corporaciones y poderes económicos. Si a todo esto le añadimos la enorme desigualdad de la sociedad norteamericana que pone en tela de juicio “el sueño americano” y el acceso a derechos básicos que tenemos asegurados en Europa, como la educación, sanidad o la dependencia, y menos si eres inmigrante no regularizado, nos podremos hacer una idea del nivel de desafección y descrédito que la democracia tiene para un sector nada despreciable de la sociedad norteamericana. Una parte de ellos, sobre todo el segmento empobrecido y blanco, pasto de las proclamas engañosas de un gobernante sin escrúpulos.

Espero, por el bien del pueblo norteamericano y de los pueblos del Mundo, que Trump vuelva a su Torre y sus comedias-bufas televisivas y deje de ser una referencia de esas derechas peligrosas para la democracia, y el bienestar de las mayorías en Brasil, Polonia, Gran Bretaña, Italia, Francia, Austria o España.

¡Build Back Democracy Better!

¡America and the World First!

#DemocracyFirst!

¡Black, Latinos, Workers and Poor People Lives Matter!

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  CORRUPCIÓN, PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y FORTALECIMIENTO DEMOCRÁTICO Escrito por   Jorge Pérez Artiles   tamaño de la fuente       Imprimir  ...